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Deshazte de esas excusas que no te permiten avanzar con el dinero

¿Vives convencida de que hacer cuentas no es lo tuyo? ¿Consideras que tu sueldo es suficientemente bueno como para no tener que preocuparte de los gastos mensuales? ¿Te gustaría gestionar mejor tus finanzas personales pero consideras que no tienes tiempo para hacerlo?

Si has contestado que sí a una o varias de estas preguntas, presta atención, querida, porque puedes estar guiándote por falsas creencias.

A lo largo de nuestra vida nos pasan un montón de cosas y todas ellas van dejando su rastro en forma de aprendizaje. A esto hay que sumarle los mensajes que emite nuestro entorno más cercano desde que somos pequeñas y que, a menudo inconscientemente, acabamos asimilando como verdades sin llegar a plantearnos nunca si lo son o no. Ambos factores generan en nosotras patrones de comportamiento que nos acompañan en el día a día y marcan nuestra interacción con el mundo. Y cómo no: todo esto es aplicable también al ámbito del dinero.

Hoy quiero hablarte de cinco falsas creencias muy comunes con las que quizás te sientas identificada y, lo que es más importante: ¡de cómo transformarlas para que dejen de limitarte y comiencen a ayudarte a rockear tus finanzas! Vamos a ello…

1. Ya gestiono mis finanzas: apunto todos mis gastos

Si apuntar todos tus gastos es ya una rutina para ti, ¡lo primero que quiero hacer es felicitarte! Saber en qué te dejas cada euro que sale de tu cartera es una de las claves de una buena gestión financiera.

Sin embargo, es importante que sepas que con esto no es suficiente. ¿De qué sirve conocer cada uno de tus gastos si, por ejemplo, al final de mes estos superan tus ingresos? Es fundamental que, además de ser consciente de en qué te has gastado el dinero, lo seas plenamente de en qué te lo vas a gastar. Te animo a que pongas en marcha herramientas de las que ya te he hablado como el presupuesto a 0. Créeme: te ayudarán a gastar con intención y te evitarán sorpresas desagradables a final de mes. Y ahí sí, ¡ya podrás afirmar con rotundidad que realmente gestionas tus finanzas!.

2. No me hace falta: tengo un buen sueldo

¿Quién puede negar que gozar de unos ingresos altos nos facilita la vida? Está claro que no tener que hacer malabares para llegar a fin de mes es un motivo enorme de tranquilidad. Sin embargo, esto no significa que tengamos que desentendernos de nuestras finanzas y mucho menos que estas deban guiarse por el libre albedrío. En primer lugar, porque la vida da muchas vueltas y nunca sabemos lo que nos espera a la vuelta de la esquina. Llevar un control de tu vida financiera te dará la capacidad de afrontar de la mejor manera que las cosas dejen de ir tan bien en un futuro (ten la certeza de que, por desgracia, a ti también te puede pasar). Por otra parte, no olvides que el objetivo de la gestión financiera no es solo acumular más euros en tu cuenta, sino ser consciente de lo que tienes y de lo que gastas, llevar las riendas de tus finanzas y tomar las mejores decisiones en torno a ellas (en tu caso, por ejemplo, deberías invertir parte de tu dinero para optimizar su rendimiento). Así que ahí va mi consejo: ¡comienza a activar tus dotes financieras y verás qué bien te sientes al hacerlo!

3. Soy incapaz: las cuentas no son lo mío.

Quizás eres de letras y los números siempre te han puesto un poco nerviosita. O bien ya llevas varias intentonas en esto de gestionar tus finanzas personales pero siempre acabas obteniendo mucha frustración y pocos resultados. Puede que hacer cuentas te genere rechazo pero en serio: el motivo no es que no seas capaz, sino que aún no has aprendido lo que necesitas saber para que el dinero deje de ser algo aburrido y desagradable para ti.

Si en vez de planteártelo como algo que se te da fatal lo miras como algo beneficioso para ti que quieres aprender a hacer, poco a poco ocuparte de tus números comenzará a ser una rutina divertida para ti. ¡Te animo a que vuelvas a intentarlo desde este nuevo punto de vista!

4. Es inútil: Siempre hay gastos imprevistos

¡Vaya que si los hay! Por desgracia, la nevera no espera a que “nos venga bien” para estropearse, ni el señor policía tiene la amabilidad de dejarte ir si le dices que no entraba en tus planes pagar una multa de 200 euros. Precisamente por eso, amiga, gestionar tus finanzas es tan sumamente importante. La planificación es tu mejor aliada para minimizar los gastos imprevistos y reducirlos a los que realmente no puedes controlar. Ten claro que, si no coges las riendas, tendrás muchas más sorpresas desagradables en forma de gastos con los que no contabas porque, sencillamente, no habías recordado que, como cada mes o cada año, iban a llegar. Si te apetece, prueba a crear huchas de anticipación de gastos previsibles y verás como los “sustos económicos” se reducen notablemente.

5. ¡No tengo tiempo!

Por lo general, nuestro ritmo de vida deja pocos huecos libres para ocuparlos en cosas nuevas, eso es cierto. Sin embargo, te propongo que te plantees cuántas horas dedicas al mes, por ejemplo, a mirar tus redes sociales. ¿Qué te parecería utilizar una fracción de ese tiempo en ocuparte de tus finanzas? Puedes hacer lo mismo con el rato que le reservas a tu serie favorita (en vez de dos capítulos, puedes verte uno) o a enviar memes desternillantes en tus grupos de Whatsapp. El tiempo que tienes, amiga, es el que es: 24 horas al día. Eso sí: en muchos casos de ti depende a qué lo dedicas. ¡Busca con decisión ese rato al mes para hacer tus cuentas y te aseguro que lo encontrarás!

Seguramente te reconozcas en algunas de estas expresiones, ¿verdad? Déjame decirte que no pasa nada: tan solo tienes que tomar acción y empezar a cambiarlas por otras que te resultarán mucho más beneficiosas (a ti y a tu cuenta corriente). Si te has sentido identificada y tienes alguna duda sobre cómo darle un giro a tus creencias limitantes, pregúntame en comentarios.

¡Te leo!

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Jeanne Marie, [31.03.21 10:11]