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Elige un método de liquidación y actúa conscientemente

Continuamos dando pasos hacia la liquidación de tus deudas personales (o sea: los pagos pendientes, exceptuando la hipoteca). Con el ejercicio de aceptación de la semana pasada ya culminaste la primera fase. Vamos con la siguiente: la decisión consciente.

Una vez que sabes exactamente cuánto dinero debes y a quién, llega el momento de decidir qué método utilizarás para resolver la situación de la manera más adecuada para ti. Tras esto, pasarás a la acción. Lo que te voy a contar hará que emprendas el camino hacia la tranquilidad financiera sabiendo que llevas el timón y esto, a su vez, te motivará mucho a lo largo del trayecto.

Antes de empezar, sí quiero dejarte claro que lo que viene a continuación es aplicable en el caso de que puedas asumir los pagos mínimos mensuales correspondientes a las distintas deudas que tienes. Por otra parte, es muy importante que, elijas el método que elijas, previamente te marques un objetivo que te dé el impulso suficiente para completar un proceso que, como podrás imaginar, no siempre será fácil. Así que párate un momento a pensar y date a ti misma un motivo contundente por el que merece la pena hacer este esfuerzo. Puede ser librarte de la sensación de angustia que te provocan las deudas, hacer el viaje de tus sueños dentro de un tiempo, dejar de vivir “al día”… ¿Lo tienes? Pues ahora sí: ¡Vamos a ello!

  1. Replantéate tu presupuesto mensual

Lo primero que tienes que hacer antes de decidir qué método utilizarás para afrontar tus deudas es replantear tu presupuesto mensual reduciendo al máximo todas las partidas que puedas. Es decir, si hasta ahora destinabas 100€ a bares y restaurantes, podrás dejarlo en 60€. Si destinas una partida a ropa y complementos, es el momento de proponerte prescindir de él durante unos meses y añadirlo a los 40€ anteriores. Además, puedes quedarte con una sola suscripción a plataformas digitales para ver series o escuchar música y quizás durante unos meses puedas sustituir el gimnasio por salir a caminar o hacer vídeos de cardio en casa. Tú pones el límite, porque tú sabes mejor que nadie de qué puedes prescindir. Y si realmente visualizas tu objetivo, sabrás identificar perfectamente qué gastos son prescindibles y privarte de ellos resultará un poco menos duro. Piensa que darle otro destino a ese dinero te ayudará a acelerar el proceso de liquidación y te situará más cerca de tu tranquilidad financiera.

2. Recopila información

Cuando hablamos de la aceptación realizaste un listado con todas tus deudas para calcular el dinero total que debes. Bien, sigamos desgranando. Apunta de nuevo cada cantidad y, a su lado, el tipo de interés que pagas por cada una. En una tercera columna, escribirás la cuota mínima a pagar en cada caso. Te pongo un ejemplo (simplificando):

  • Tarjeta de crédito A: Debo 2000€ con un 25% de interés y pago 100€ al mes.
  • Tarjeta crédito B: Debo 1500€ con un 28% de interés y pago 100€ al mes.
  • Préstamo para frigorífico: Debo 800€ con un 10% de interés y pago 50€ al mes.
  • Dinero que me dejó mi hermano: Debo 1000€ con 0% de interés y pago 75€ al mes.

Perfecto, querida, ya casi lo tenemos. Continúo con el ejemplo: ya sé exactamente cuánto debo, cuánto pago y con qué interés. Por otro lado, reduciendo mi presupuesto disponible para otros gastos, he logrado reunir 100 € que, a partir de ahora, dedicaré a liquidar deuda.

Sustituye estos datos por los tuyos y ahora sí: ha llegado el momento de elegir qué método prefiero. Te explico las dos opciones: Bola de nieve o Avalancha.

3. Bola de nieve

Este método consiste, en resumen, en “atacar” tus deudas de menor a mayor. Siguiendo el ejemplo, las ordenaría de la siguiente manera:

  • Préstamo para frigorífico: Debo 400€ con un 10% de interés y pago 50€ al mes.
  • Dinero que me dejó mi amiga: Debo 600€ con 0% de interés y pago 75€ al mes.
  • Tarjeta crédito B: Debo 1500€ con un 28% de interés y pago 100€ al mes.
  • Tarjeta de crédito A: Debo 2000€ con un 25% de interés y pago 100€ al mes.

El primer objetivo será la deuda más pequeña y lo haré dedicándole a su liquidación los 100€ que he reunido. Es decir, si hasta ahora le dedicaba al préstamo para el frigorífico 50€ al mes, ahora le dedicaré 150€, con lo cual ya no necesitaré ocho meses para librarme de este pago pendiente, sino menos de tres. ¿No es alentador? En cuanto al resto de deudas, continuaré pagando la cuota mínima, como hasta ahora.

Cuando la primera deuda esté saldada, se añade la cantidad total que se dedicaba a su liquidación al pago mínimo de la siguiente. Es decir: en vez de pagarle a mi amiga 75€ al mes, le pagaré 225€. Y así progresivamente.

La bola de nieve no es la más efectiva desde un punto de vista meramente financiero, pero sí a nivel anímico, pues eliminarás pronto la primera deuda y esto te hará sentir tan, pero tan bien, querida…

4. Avalancha

El método avalancha consiste en abordar primero la deuda con mayor interés, independientemente del importe de esta (¡ojo con esto, que es fácil confundirse!). Es decir, en mi ejemplo, la cosa quedaría así:

  • Tarjeta crédito B: Debo 1500€ con un 28% de interés y pago 100€ al mes.
  • Tarjeta de crédito A: Debo 2000€ con un 25% de interés y pago 100€ al mes.
  • Préstamo para frigorífico: Debo 400€ con un 10% de interés y pago 50€ al mes.
  • Dinero que me dejó mi amiga: Debo 600€ con 0% de interés y pago 75€ al mes.

A partir de aquí, harías exactamente lo mismo que con el método bola de nieve, pasando a la siguiente deuda y dedicándole a ésta el dinero que utilizabas hasta ese momento para liquidar la anterior. Con este método lograrás pagar el mínimo posible, ya que las deudas que desaparecerán antes son aquellas por las que más tenías que pagar en intereses. De ahí que sea la más recomendable desde un punto de vista estrictamente financiero.

5. ¡Elige!

Ahora sí, querida: ya tienes toda la info necesaria para decidir consciente y convencida qué método quieres aplicar. Sopésalo, piensa en las ventajas y desventajas de cada una y en cuál es tu situación económica y emocional y, a partir de ahí: ¡elige!

Si aún así no acabas de decantarte por una sola opción, no te preocupes porque tengo otra buena noticia en forma de “opción C”: ¡combínalas! Por ejemplo, puedes empezar por la deuda más pequeña porque necesitas un “chute” de motivación y después abordar la que tenga unos intereses mayores.

Una vez más, tienes muchos motivos para felicitarte, amiga, así que tómate un momento para hacerlo. Acabas de dar un paso muy, pero que muy importante. ¡Enhorabuena! Vas por el camino correcto.

Si aún tienes alguna duda acerca del método Bola de nieve o Avalancha, no dudes en preguntarme, porque te contestaré encantada.

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Jeanne Marie, [31.03.21 10:11]