5 pautas para no caer en las compras impulsivas

Lo reconoces: Te encanta el Black Friday. Bucear entre las ofertas y descuentos que ofrecen tus marcas favoritas te permite comprarte cosas que el resto del año se te van del presupuesto. Por otra parte, la Navidad está a la vuelta de la esquina y qué mejor momento para solucionar el tema de los regalos sin dejarte un riñón en el intento… Estamos de acuerdo, querida: aprovechar ofertas es una buena práctica de consumo. Pero ¡cuidadito!, a veces lo que percibimos como ahorro resulta ser un gasto innecesario provocado por las compras impulsivas que, en épocas como esta, traen consigo los supuestos “chollazos”.
Hoy voy a darte algunas pautas para que disfrutes el Black Friday con consciencia y evites la típica “resaca consumista”, o lo que es lo mismo, el malestar que nos provoca haber gastado más de lo previsto en artículos que en realidad no necesitamos. ¡Ahí van!
1.Ponte un máximo para gastar
A menudo te digo que en lo que se refiere a las finanzas personales, el “ir sobre la marcha” no suele dar buenos resultados. Si antes de empezar a buscar descuentos interesantes en Internet tienes clara la cantidad exacta de dinero que quieres gastarte en tus compras del Black Friday, serás mucho más cuidadosa eligiendo los productos que finalmente se van al carrito.
Si ya distribuyes tus ingresos mensuales en distintas partidas para tener claro tu presupuesto a principios de mes, intenta sacar de ahí los euros que quieras gastarte en función de qué tipo de producto sea (autocuidado, ropa, etc.) y evita tocar lo que ya habías dedicado a ahorro o al fondo de emergencia, aunque llegue a resultarte tentador…

2.Haz una lista de cosas que necesitas
Si antes de encender el ordenador has dedicado un rato a escribir en un papel los productos que realmente necesitas, irás a tiro fijo en tus búsquedas y no te dejarás llevar por el ritmo frenético de newsletters y publicidad. Ten por seguro que el “voy a echar un ojo a ver qué tienen” tiene mucho más peligro que buscar concretamente, por ejemplo, “botines negros de tacón”, para suplir los que se te rompieron la semana pasada.
Incluso puedes ir un poco más allá y distribuir la cantidad estimada en el apartado anterior asignando una parte a cada artículo de la lista. De esta manera, podrás filtrar la búsqueda por precios y así descartas los productos que se te escapan del presupuesto.
3.Tómate tu tiempo: compara y elige
¿Recuerdas aquel maravilloso eslogan que decía “ Busque, compare, y si encuentra algo mejor, cómprelo”? Pues tal cual, amiga mía.
Al emprender la caza del chollo, no escatimes en tiempo. Si buscas por artículo, échale un rato a mirar las distintas opciones disponibles en el mercado. De la misma manera, y esto es importante, si ya tienes en la cabeza alguna marca concreta, no te obceques con ella. Con esto no quiero decir que no acabes comprándotela, sino que no descartes ninguna alternativa antes de conocerla, porque puedes llevarte sorpresas realmente agradables. Recuerda: tú decides, solo tú. Y antes de decidir, ¡puedes tomarte todo el tiempo que necesites y más!

4.Piénsalo: los chollos también son gasto
Gastarte 30 euros en algo que antes costaba 70 no es ahorrarte 40, querida: es gastarte 30 euros. Parece muy obvio, ¿verdad? Pues déjame decirte que a menudo no lo tenemos tan claro y caemos en conclusiones erróneas. En ocasiones vemos ahorro donde, sencillamente, no lo hay.
Aunque estemos ante la rebaja más suculenta de la historia, en el momento en que compramos algo, una cantidad de dinero abandona nuestra cuenta corriente y eso solo tiene un nombre posible: gasto. Siempre insisto en que gastar dinero es necesario y, de la misma manera, es necesario que lo gastemos conscientemente, por eso hemos de llamar a las cosas por su nombre y no dejarnos llevar por potentes campañas publicitarias y mensajes confusos.
5.Reposa tus compras
Hasta ahora hemos visto cómo gestionar conscientemente nuestro proceso de compra antes y durante los días que dure el Black Friday (en algunos casos tendría más sentido llamarlo Black November…) pero he dejado para el final el truco que, además, te salvará tras haberla “pifiado”. ¡Sí, querida, es posible! Te voy a contar cómo.
Si este artículo llega un pelín tarde y ya has dado rienda suelta a tu tarjeta de crédito, te recomiendo que sigas estos cuatro pasos tan sencillos en cuanto la señora mensajera llame a tu puerta para hacerte llegar tus compras:
- Abre los paquetes.
- Deja los artículos tres días “en reposo” en un rincón de tu casa, sin quitarles las etiquetas ni el packaging original.
- Pasados los tres días, escribe en una lista el nombre de los artículos, el precio de cada uno y, por último, la suma de todos.
- Lee la lista detenidamente y pregúntate si necesitas de verdad lo que has comprado. Aquí te toca ser muy sincera contigo misma y, si la respuesta es “no”, gestiona la devolución.
Créeme, estos cinco pasos son muy fáciles de llevar a cabo y si te los tomas como un pequeño ritual a seguir durante el Black Friday y demás temporadas de rebajas, te ayudarán a sacarle todo el provecho posible a los descuentos sin caer en el despilfarro.
¿Te apetece probar? Si lo haces, cuéntame qué tal te ha ido. ¡Espero tus comentarios!
Comentarios recientes