Los 5 pasos clave de la popular técnica japonesa

Si te estás iniciando en en mundo de la gestión financiera, creo que el método Kakebo es ideal para ti. Esta técnica japonesa te ayudará a controlar de un modo constante y sencillo tus gastos y tus ingresos. ¡Por eso quiero explicártelo paso a paso!
Por su particular estructura, el método Kakebo es fácilmente adaptable a todo tipo de personalidades financieras. Así que si no te caracterizas por ser muy constante con las cuentas, mensuales, aquí tienes una herramienta realmente poderosa.
1- Cómo nació y en qué consiste
La creación del método Kakebo se remonta a 1904, cuando la periodista japonesa Motoko Hani inventó este modelo para ayudar a las mujeres a tomar el control de su economía doméstica. Desde entonces son muchas las personas que lo han incorporado a su día a día. Suele hacerse con un cuaderno, pero si lo prefieres puedes sustituir el papel por una tabla de Excel.
El método Kakebo se basa en el hábito de apuntar todos tus gastos e ingresos diarios y convertir este gesto en una rutina como cualquier otra. Otra pieza clave es la reflexión: requiere dedicar un tiempo a observar tu comportamiento financiero y detectar aquellas cosas que podrían mejorar.
¡Ha llegado el momento de empezar! ¿Lista? Pues comenzamos paso a paso.
2- El monedero
Esta sección consiste básicamente en establecer un presupuesto mensual. Tendrás que apuntar todos tus ingresos mensuales y definir qué tipo de gastos vas a tener. Si es la primera vez pruebas un método de planificación financiera, aquí es probable que llegue tu primer aprendizaje: a final de mes quizás te sorprenda ver cómo los gastos reales superan las previsiones. Tomar consciencia de esto te ayudará a ir “atinando” cada vez más en tus estimaciones, ¡puedes estar segura!
Conviene que seas lo más específica posible y que asignes cantidades concretas al ahorro, a los gastos fijos y a los gastos variables. Al ponerlo todo sobre papel, irás detectando varios gastos innecesarios que podrás reducir considerablemente o incluso eliminar.

3- Distribución de gastos
Aquí viene lo bueno, querida. Al apuntar hasta el más mínimo gasto, vas a darte cuenta de cómo lo que en principio ves como pequeñas compras “tontas” sin impacto en tu cuenta corriente, son en realidad un importe considerable cuando las sumas a final de mes.
El método Kakebo establece cuatro categorías de gastos:
- Gastos de supervivencia: Aquellos absolutamente necesarios para vivir. Esto es: alimentación, vivienda, etc.
- Ocio o Vicio: Desde el tabaco, en el caso de las fumadoras, hasta el café de media mañana, las entradas a conciertos y exposiciones o las plataformas de películas y series en streaming.
- Cultura: Libros, formaciones y todo aquello que sirva para enriquecer tu conocimiento.
- Gastos extra: Los gastos imprevistos que surgen “sobre la marcha” y, por lo tanto, no hemos incluido en el resto de categorías.
4- Apuntes diarios
Todos los días, y mejor si es a la misma hora, dedicarás 5 minutos a pasar a tu libreta o tabla todos los gastos que has tenido a lo largo de la jornada. Además, como en todo momento sabrás cuánto dinero había en tu monedero el día anterior, te resultará fácil comprobar si hay algún importe que hayas olvidado apuntar. Si es así, no lo pasarás por alto: acabarás recordándolo e incorporándolo a tu listado y harás que las cuentas cuadren con muy poco esfuerzo. No obstante, si esto te pasa a menudo, te recomiendo que lleves siempre en el bolso una libretita en la que apuntes los importes y el concepto justo después de realizar cada compra.
Además, tendrás una sección en la que podrás apuntar también tus conclusiones diarias: por ejemplo, si por no haber hecho lista de la compra se te olvidaron cosas que luego has tenido que comprar en un establecimiento más caro, te advertirás a ti misma el gasto innecesario que has realizado y cómo la próxima vez tendrás que esforzarte un poco más planificando las visita al supermercado.

5- Revisión semanal
Sumando todos los gastos diarios de todas las categorías, obtendrás tus gastos semanales y podrás compararlos con los de semanas anteriores y observar qué alteraciones ha habido. A partir de ahí y calculando un promedio de gasto, podrás ir ajustando un presupuesto semanal que te ayudará a ser aún más ordenada y cuidadosa. En seguida tendrás claras cuáles son las cifras que le aportan salud a tus finanzas.
6- Reflexión del mes
Esta es la parte cualitativa del método, y créeme: es tan importante como la cuantitativa. Rellenar el espacio dedicado a la reflexión te “obligará” a hacer balance de tus decisiones y movimientos financieros y en seguida llegarás a conclusiones reveladoras.
Comparar tus gastos con tu ingresos mensuales te permitirá comprobar si has conseguido tus objetivos y, sobre todo, entender si nuestras actuaciones son o no beneficiosas para tus finanzas. Así sabrás qué cosas te conviene seguir haciendo y cuáles requieren cambios de cara al próximo mes.
Como ves, el método Kakebo te permite ser más consciente de tu situación financiera y tomar mejores decisiones para gestionarla. ¿Estás dispuesta a empezar? Si antes de hacerlo necesitas que te resuelva alguna duda, ¡puedes preguntarme lo que quieras en comentarios!
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