Cómo afrontar una diferencia de ingresos en la relación

¿Qué pasa cuando en una relación estable uno de los dos gana mucho más (o mucho menos) que el otro? La pareja es una especie de micromundo que hay que saber construir y gestionar. Tiene un montón de componentes que, si no se cuidan de un modo adecuado, puede hacer que todo se vaya al traste. Y en vez de un trabajo en equipo, querida, la convivencia acaba convirtiéndose en una batalla diaria. Hoy voy a hablarte de por qué una diferencia notable de ingresos puede convertirse en motivo de conflicto y cómo, junto a tu pareja, puedes afrontar de un modo sano esta “brecha salarial” doméstica.
- La comunicación, punto de partida
Absolutamente cualquier obstáculo que surja en una relación puede salvarse si se parte de una comunicación sincera y sana. Pero lo ideal es que no esperes a que surja el conflicto, sino lograr que este no aparezca porque habéis hablado las cosas desde el principio. Por eso si entre tu pareja y tú hay una diferencia de ingresos notable, lo mejor que podéis hacer es sentaros a hablar y decidir juntos cómo vais a organizaros con respecto a los gastos comunes. Valorad las opciones que tenéis, dadle las vueltas que sean necesarias y, a partir de ahí, poned en marcha aquello que hayáis decidido para ver qué tal os va. Si después de un tiempo no te sientes bien con la situación, olvídate de “aguantar”: vuelve a hablar con tu pareja, dile cómo te sientes y proponle volver a tratar el tema en busca de otra solución con la que los dos estéis de acuerdo.

2. La mitad cada uno
Uno de los métodos más comunes es el 50%-50%. Es decir, tu pareja y tú calcularéis todos los gastos comunes y los dividiréis entre dos, de modo que cada mes ambos aportaréis la misma cantidad y la diferencia de salarios solo afectará a vuestros ahorros personales. ¿La principal ventaja? Que el que gana menos no se sentirá mal por no estar aportando lo mismo que el otro (a muchas personas, asumir menos gastos dentro de la pareja les daña la autoestima). Además, es mucho menos probable que surjan discusiones al respecto. Por otra parte, la capacidad adquisitiva de la pareja será equivalente a la del miembro que menos cobre y eso puede generar cierta frustración en quien gane más. Si puedes permitirte un alquiler de una casa estupenda pero tienes que vivir en una más modesta porque tu pareja no puede asumir la mitad de un alquiler más alto: ¿crees que no te importará asumirlo?
3. El mismo porcentaje cada uno
Aquí la cosa cambia. Muchas personas consideran esta opción como la más justa y, paradójicamente, para otras es una verdadera injusticia. Si ambos trabajáis las mismas horas pero los sueldos que entran en casa son muy diferentes, podéis calcular el porcentaje de ingresos que dedicaréis a gastos comunes. Así, si un sueldo es de 1500€ y otro de 2400€ y determinaréis destinar a los gastos de la pareja un tercio de vuestros ingresos, uno aportará 500 euros y otro 800 cada mes. Lo bueno de esto es que los gastos comunes tendrán el mismo impacto en las finanzas personales de cada uno y vuestra capacidad adquisitiva conjunta será mayor. Sin embargo, en algunas personas el hecho de “estar poniendo menos” genera inseguridad y baja autoestima.

4. Aportar “desde otro sitio”
No todo se mide en dinero. Por eso muchas parejas en las que la diferencia de sueldo es sustancial, quien tiene más ingresos aporta más desde el punto de vista puramente económico mientras que la otra parte “compensa” esta diferencia con otras aportaciones no materiales, como ocuparse de un mayor volumen de tareas domésticas, llevar la contabilidad del hogar, etc. Esta es una opción totalmente válida pero, ojo: hay que dejarlo todo clarísimo desde el principio. Si no definís bien las labores que corresponden a cada uno, podríais caer en una situación desigual en la que todo el trabajo que implica llevar una casa tenga que asumirlo una sola persona y, como podrás imaginar, eso puede traer mucho malestar.
Como ves, hay diversas maneras de afrontar una diferencia notable de ingresos dentro de la pareja. Todas ellas pueden funcionar a la perfección e incluso podéis decidir pasar de una a otra en función de vuestras circunstancias en cada momento. Eso sí, querida, no lo olvides: Sin igualdad y comunicación no funcionará ninguna. Por eso es fundamental que tu pareja y tú, para esto y para todo, tengáis claro que sois un equipo y que, por lo tanto, remáis con el mismo rumbo.
¿Cuál de las tres opciones crees que funcionaría mejor si tu pareja y tú os vieseis en esta situación?
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